Fiesta en el umbral del cielo

21 Febrero 2025 6:00 AM -5:00 GMT Bogotá D.C. Colombia

Manuela despierta en la noche callada,
cuando el mundo reposa en su sueño velado.
Las tres de la aurora marcan la hora,
del Via Crucis santo, de rezo sagrado.

En sus manos el libro de súplicas brilla,
treinta y tres páginas, luz en la brisa,
plegarias que suben cual canto de alondras,
cruzando los velos del alba infinita.

El santo rosario con cuentas de estrellas
teje en susurros la eterna cadena,
y en cada misterio, un alma que espera
en el umbral último de su condena.

Son almas que yacen en fuego y en sombra,
ya casi a la puerta del Reino divino,
con siglos de espera y polvo en sus nombres,
más hoy, por las preces, hallaron su sino.

Las primeras en cruzar las doradas barreras
son sangre de sangre en línea sagrada,
ascendencia directa, raíces eternas,
memoria africana en alma colombiana.

De tierras de costa, de ríos y danzas,
de piel que reluce al sol del Caribe,
allí donde el viento se llena de gaitas,
y el alma en tambores su pena despide.

Y justo en la brisa, Manuela percibe
que algo ha cambiado en el aire sereno,
un ritmo cadente, un eco en la mente,
que suena a Bermúdez y acorde encendido.

Porque hay fiesta en el cielo, palmeras que giran,
las almas liberan su gozo infinito,
y es Lucho Bermúdez quien dicta la clave
con notas ocultas en ritmos benditos.

La música canta lo que el alma calla,
su clave secreta descifra la danza,
y entre cada acorde,Manuela comprende
que el mundo del cielo con ella se enlaza.

Así cada noche, con fe y con rezo,
ella abre la puerta del alba dorada,
y en el último umbral donde arde el incienso,
las almas celebran su entrada esperada.

 

Party on the threshold of heaven

February 21, 2025 6:00 AM -5:00 GMT Bogotá D.C. Colombia

Manuela wakes up in the silent night,
when the world rests in its veiled sleep.
The three o'clock in the morning marks the hour,
of the holy Via Crucis, of sacred prayer.

In her hands the book of supplications shines,
thirty-three pages, light in the breeze,
prayers that rise like the song of larks,
crossing the veils of the infinite dawn.

The holy rosary with beads of stars
weaves in whispers the eternal chain,
and in each mystery, a soul that waits
on the last threshold of its condemnation.

They are souls that lie in fire and in shadow,
almost at the door of the divine Kingdom,
with centuries of waiting and dust in their names,
but today, through the prayers, they found their destiny.

The first to cross the golden barriers
are blood of blood in a sacred line,
direct ancestry, eternal roots,
African memory in the Colombian soul.

From coastal lands, from rivers and dances,
from skin that shines in the Caribbean sun,
where the wind is filled with bagpipes,
and the soul sends away its sorrow in drums.

And right in the breeze, Manuela perceives
that something has changed in the calm air,
a cadent rhythm, an echo in the mind,
that sounds like Bermúdez and a fiery chord.

Because there is a party in heaven, palm trees that spin,
souls release their infinite joy,
and it is Lucho Bermúdez who dictates the key
with hidden notes in blessed rhythms.

The music sings what the soul keeps silent,
its secret key deciphers the dance,
and between each chord, Manuela understands
that the world of heaven is linked to her.

Thus, every night, with faith and prayer,
she opens the door of the golden dawn,
and on the last threshold where the incense burns,
the souls celebrate their long-awaited entrance.